Colaboración de Jacques Bléhaut * para Pinta Academy.
Metaverse, un concepto que a muchos le puede sonar a ciencia ficción (al mejor estilo Ready Player One*), pero que últimamente parece estar en boca de todos. Particularmente, de los gigantes de la tecnología, como Facebook (hoy precisamente denominado “Meta”), N-Vidia o Microsoft.
En definitiva, ¿qué es el Metaverse?
En pocas palabras, el Metaverse es un mundo virtual que amplía el mundo físico en digital. Si bien tiene algunas similitudes con los videojuegos – sobre todo en cuanto a estética-, el no está pensado solamente para jugar, sino para reproducir muchas de las dinámicas sociales de nuestro día a día, como trabajar, ir a recitales o de compras.
Metaverse, una réplica idéntica del mundo real, pasado al mundo virtual, en el que podremos interactuar en espacios con personas y objetos, tal y como lo hacemos en la vida real. Será como realmente teletransportarse a un mundo totalmente nuevo a través de gafas de realidad virtual y otros complementos que nos permitirán interactuar con él.
Mucho de esto, quizá, lo hemos imaginado desde chicos o hemos visto ideas similares en películas. Pero lejos de los imaginarios imposibles y la ciencia ficción, hoy el desarrollo del Metaverse es un proyecto real.
En pos de este objetivo, hoy los proyectos llevados a cabo por distintos desarrolladores se están enfocando en dos cualidades:
El Metaverse debe ser inmersivo, permitiendo a los usuarios interactuar con él y en él, así como lo hacen en la vida real. Hoy por hoy a través de dispositivos (lentes
Debe contar con interoperabilidad, brindando la capacidad de dos o más sistemas de intercambiar información, permitiendo que más de una plataforma puedan interconectarse.
El gran atractivo, es el Metaverse va a permitir que volvamos a interactuar dentro de un espacio físico, reemplazando así la interacción actual dentro de las pantallas de los dispositivos digitales.
Según Bloomberg Intelligence, el tamaño del mercado abordado por Metaverse puede llegar a ser de hasta $800 Bn para 2024. Esto, sin considerar todavía la participación de los fabricantes de hardware, los chips, las compañías de interconexión, y toda la cadena de valor que el desarrollo que podría integrar.
Quienes están a la vanguardia de la innovación tecnológica, están definitivamente empecinados en hacer esto realidad, y para ello, destinan millones de dólares al año.
Horizon Workrooms by Meta, por ejemplo, es una plataforma de realidad virtual para trabajar, a la que se accede mediante el uso de los dispositivos Oculus Quest 2, y recrea múltiples aspectos de una oficina física, en el que uno puede interactuar, compartir presentaciones o archivos digitales o incluso negociar de manera interactiva y cerrar transacciones.
Por su parte, N-Vidia, está desarrollando algo más allá de los estrictamente laboral y social, generando un espacio de trabajo industrial a gran escala, en el que se pueden realizar incluso pruebas antes de probarlo en la realidad, eficientizando el proceso tanto en materia de costos como de seguridad.
La descentralización en el desarrollo de estas tecnologías se refiere a la forma de construir por fuera de las plataformas, utilizando la tecnología que ellos quiera, evitando a las instituciones que hoy están desarrollando esta tecnología de manera centralizada y tomando un rédito de cada interacción. El Metaverse tiene dentro de sus principales puntos de atracción esta descentralización, y aquí es donde encontramos una íntima relación con la ideología sobre la cual se desarrolla la tecnología Blockchain.
Todavía es muy pronto para definir si verdaderamente el Metaverse será el sucesor de la tecnología móvil actual, y los grandes de la tecnología recién están empezando a crear las infraestructuras y los primeros conceptos que lleven a un futuro donde haya dispositivos capaces de llevarnos a él. Por lo tanto, es más un concepto, una hoja en blanco, que una realidad a la que podamos conectarnos hoy.
*colaborador de Pinta Academy, embajador de Pinta Token